viernes, 6 de diciembre de 2013

Memorias a mis cincuenta...



El nombre de adolescente procede del verbo latino ‘adolescere’ que significa aproximarse a la madurez, crecer. Los principales estudios realizados sobre la adolescencia señalan una serie de características generales de esta edad, de las que distinguiremos como la más importante, a la que nos vamos a centrar, la vergüenza.

Comenzaremos haciendo referencia al miedo. El miedo es un estado afectivo acostumbrado en el hombre y ligado al instinto de conservación. Es una reacción de defensa mediante la cual todo ser viviente tiende a escapar de un ataque venido de fuera. Existe en la personas un miedo social, que llamamos timidez o vergüenza.

Encontramos cierto paralelismo entre el miedo social y miedo a la opinión pública, que realmente viene siendo lo mismo. El miedo a la opinión pública, como cualquier otra modalidad del miedo es dominante y atrofia el desarrollo. Mientras este tipo de miedo siga teniendo fuerza, será difícil lograr nada verdaderamente importante, y será imposible adquirir la verdadera felicidad.

Después de esta breve aclaración sobre el miedo social, en mi opinión un factor muy importante que interviene en la superación de la vergüenza, es el amor propio a uno mismo y así bien su motivación.

El amor propio, el amarse a sí mismo implica aceptarse a sí mismo reconociéndose como ser humano valioso y porque así lo decide uno mismo.

Un individuo para comportarse necesita un conocimiento que le dirija y de un motor que le impulse, de una energía propia que le haga obrar, esto es a lo que llamamos motivación. La motivación se define como aquello interno al individuo que le incita a la acción; esto es cualquier idea, necesidad, emoción, que le impulsa a la acción.

Me gustaría hacer mención a la afirmación de Claudio Bernard, ‘’la estabilidad del medio interior, es la condición de vida libre’’

Aunque también hemos de mostrar atención a las condiciones del exterior, ya que son muy influyentes en el individuo. Quiero decir que, al menos hablando en primera persona, la motivación tanto de uno mismo, como aquella que procede de personas cercanas es primordial. Hablando siempre de mi experiencia, hago referencia a una motivación (la más cercana a mí) y esta es la de mi madre. Muchas veces no he sido capaz de enfrentarme a obstáculos, a problemas a los que aún por motivación interna, no he sabido resolver, y finalmente he sabido combatirlos, gracias a la motivación que he recibido de su parte.

Una vez comprendido estos términos haremos hincapié en una anécdota a la que tuve que enfrentarme cuando tenía 17 años…Le planté cara a la vergüenza, el miedo a la opinión pública…

Se trataba de un experimento en el cual nuestro profesor de filosofía nos había propuesto un ensayo para superar la vergüenza.

Este trataba de tener que salir disfrazado desde tu casa, hasta el colegio y seguir disfrazado hasta la hora de salida. Después de realizar tal experimento, reflexionar sobre ello. –Recuerdo que nunca llegue a hacer tal reflexión, por eso a mis 50 años me dispongo a reflexionar acerca de mi experiencia, aunque esta no esté tan reciente como a los 17…-


Creo recordar que lo peor quizás fue la búsqueda del disfraz, ya que mi intención era disfrazarme de Ganfalf el gris, debido a mi fascinación hacia las películas del Señor de los Anillos.
Aunque por aquellos entonces mi hermana hacía prácticas de enfermería, y me ofreció la oportunidad de disfrazarme de médico. Pero finalmente opté por el disfraz de ‘’Buscando a Wally’’ Ya que me parecía un personaje interesante de interpretar…









Al salir de mi casa disfrazada, (no era Carnaval, creo recordar que estábamos a mitad de Noviembre) mi sentía ridícula al principio, aunque me resultaba divertido que la gente mirara extrañada y me sonriera… Al llegar al instituto los compañeros al estar acostumbrados a disfraces anteriores no se burlaban demasiado (o al menos, eso pensaba yo...)

Mi experiencia no fue traumática, al contrario fue una experiencia muy satisfactoria. Pude enfrentarme a la vergüenza de otra manera a la que podía estar acostumbrada, y me di cuenta de que realmente esas burlas no me afectaban y que estaba plantando cara a aquellas opiniones, que muchas veces en la sociedad no me dejaban avanzar a ser yo misma.



A mis cincuenta años, hago un llamamiento a los jóvenes; enfrentarse a la vergüenza es enfrentarse a las opiniones de los demás y por tanto  conseguir ser uno mismo. 

3 comentarios:

  1. hola cristi, que pronto has envejecido, pobresita mia. pero con que lucidez me has abierto los ojos sobre lo que es vergüenza. en muchos asuntos la tenemos que perder para poder avanzar y en algunos momentos creo que la tenemos que mantener para no herir a los próximos.
    sobre la motivación me gustaría mencionar a ernst bloch, el gran filósofo alemán que escribe en su obra sobre la utopía "el principio esperanza" que el principio de nuestra motivación es un sueño que tenemos de día, y ese sueño quiere hacerse realidad.....

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  2. Ante todo tengo que decir que admiro tu imaginación y creatividad...Me ha gustado el artículo en general,bien escrito,con sentido y sinceridad.
    Yo pienso que casi todo ser tiene una motivación que ama,ya sea una persona,un objeto,un hobby o fe,digo casi porque por desgracia los hay que no tienen nada o su motivación no les beneficia como por ejemplo un drogadicto.
    Comparto contigo la idea sobre tu madre...para mí también es una de las mayores motivaciones,y por esa razón siento tristeza cuando me encuentro con alguien que no tiene madre.
    Centrándome en tu experiencia del disfraz,me ha gustado eso de los 50...Creo que uno de tus puntos fuertes es la creatividad,y como he dicho antes,lo admiro.
    Pienso que el amor propio puede venir determinado dependiendo de tu motivación; si estas mas motivada,te va a importar menos lo que la gente opine de ti,por eso veo la motivación como un factor imprescindible en nuestras vidas.

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  3. Me ha impresionado mucho la claridad y buena expresión del artículo, empezando por el tema del experimento (la vergüenza, la apariencia ante la sociedad) deslizándote hasta lo que es tu opinión, la experiencia ante el experimento, y me alegra mucho que sacaras una provechosa del mismo, ¡y además era un disfraz muy chulo!

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